"Axl Rose se encuentra ocupado con el actual tour de Guns N' Roses, mientras que la ceremonia de inducción al Salón de la Fama del Rock N' Roll enciende las especulaciones sobre una reunión con los antiguos integrantes".
Axl Rose lleva puesta una bata blanca de algodón y unos calcetines blancos, mientras se relaja en un sofá que se encuentra en el backstage, luego del concierto de tres horas que brindó en el KeyArena de Seattle, y en donde serpenteó su camino entre 34 canciones con una versión de la banda que el formó, Guns N' Roses. Son las tres de la mañana, y el cantante, el único miembro de la formación original, se ha quitado sus gafas de sol y su sombrero que lleva puesto en el escenario, se quitó sus botas de piel de serpiente, y sus pantalones estilo campana desaparecieron.
Este año ha sido todo un torbellino para el impredecible y polarizado Rose. El Salón de la Fama del Rock N' Roll anunció recientemente la inducción de Guns N' Roses, 25 años después de que él y sus antiguos compañeros Slash, Duff McKagan, Izzy Stradlin y Steven Adler envolvieran primero al Sunset Strip, y luego al mundo entero, en fuego. Este anuncio rápidamente comenzó las especulaciones, de que el próximo 14 de Abril en Cleveland, la fomación que grabó el álbum Appetite For Destruction, se podría reunir para tocar en conjunto por primera vez en 20 años.
Pero este rayo de esperanza vino entre un tormentoso año 2011, que ha visto a Rose, de 49 años de edad, despedir a dos managers en el último año, el más reciente de ellos, Peter Katsis, que fue despedido a inicios del mes de Diciembre. Desde el rompimiento de aquella primera formación, el icónico cantante tan solo ha lanzado un álbum, Chinese Democracy, en el cuál invirtió 13 años y millones de dólares en su producción. Y este actual tour es parte de un acuerdo con el antiguo manager de Guns N' Roses (y el Presidente Ejecutivo de Live Nation Entertainment) Irving Azoff, que dictaminó que la banda realizara cierto número de presentaciones con Live Nation como empresa promotora, y esto preocupa a Rose, ya que piensa que los conciertos no han sido debidamente promocionados. Él y Guns N' Roses realizarán un concierto el miércoles por la noche, en la ciudad de Los Ángeles, específicamente en The Forum.
"Este es el tipo de energía negativa que puede llegar a mermar la creatividad de una persona", dice Rose mientras bebe una cerveza, y su pelo de color castaño rojizo reposa sobre sus hombros, mas o menos de la misma manera que lo hacía en los viejos tiempos, junto con un bigote color rojizo y en forma de herradura que complementa el look. "Una vez que haya conseguido lo que se planeó con la discográfica, entonces sentiré que pude llegar a ese lugar creativo al que había estado luchando para llegar, y usar a Guns N' Roses para hacerlo", dice.
El problema es que mientras él crea que él y su Guns N' Roses (en el cuál algunos, como el bajista Tommy Stinson y el guitarrista Richard Fortus han estado junto a él por más de una década) se encuentra dándolo todo, sus socios comerciales se centran en otros aspectos. "Cada manager que viene quiere hacer las cosas cada vez más pequeñas", dice Rose. Guns N' Roses, por ejemplo, requiere el doble de lo que está contemplado dentro del presupuesto, cuando de camiones de transporte para el tour se habla, él dice. El porqué nadie puede entender lo que la banda necesita es una frustración evidente para Rose.
Más importante aún, el añade, que la mayoría de los managers quieren lo mismo que quieren casi todos los fans del Rock N' Roll de los últimos 25 años, y es lo único que se niega obstinadamente a hacer: reunirse con Slash, Izzy, Duff y el resto de los clásicos Guns N' Roses para un tour. La pregunta no solo cansa constantemente a Rose, sino que lo mantiene al cuidado de cada persona (manager) que intenta trabajar junto a él. "Todos estos managers solo creen en una cosa: vender un tour de reunión y conseguir su respectiva comisión. Tan solo es una llamada. La mitad del trabajo que se hace en un día, o lo mucho que les dure su guerra de ofertas. Ellos obtienen su comisión sin importarles si el negocio se derrumba frente a sus narices".
Esta desconfianza es en parte el motivo por el que el actual equipo de management de Rose es más familiar que de socios de negocios. Es encabezado por Beta Lebeis, una mujer brasileña que Rose conoció cuando ella era asistente de su ex-esposa Stephanie Seymour, y que comenzó a trabajar para él luego de que en 1993 finalizara su tormentosa relación con Seymour. Los dos hijos de Lebeis, Fernando y Vanessa, también forman parte del grupo de trabajo. Lebeis dice que el acuerdo es el resultado de un ultimátum que ella le dió a Rose luego de que el manager más reciente de Guns N' Roses, Peter Katsis, dejara su puesto luego de menos de un mes de trabajo.
"Lo hemos decidido, no más managers", dice Lebeis unos días después del concierto en Seattle. "Entre Fernando, mi hija Vanessa y yo nos encargamos del management". Lebeis dice que ella considera a Rose como "más que un hijo para ella", y luego de la partidad de Katsis, "le dije que si contrataba a otro manager más, yo renunciaba". Uno de los tres Lebeis está casi a todo momento al lado de Rose, ya sea tomando fotos o a un lado del escenario durante los conciertos, cerca del poco improvisado vestuario que Rose visita durante los solos de las canciones, o en el que rara ocasión se sienta para hablar con un periodista.
Cuando el reloj casi marca las 4 de la mañana, el tono de Rose ha cambiado. Él todavía tiene que realizar sus habituales ejercicios vocales, de una hora de duración, antes de retirarse, y el veneno que en horas de la mañana descargó contra algunos que trabajan en la industria musical parece haber salido de su cuerpo.
Consultado sobre si la música sigue siendo el factor determinante en su vida, como lo fue alguna vez, Rose hace una pausa. "Bueno, no lo fue por mucho tiempo. Era realmente difícil para mí el querer tocar de nuevo las canciones clásicas. Era como, yo no andaba por mi casa cantando Welcome To The Jungle. Llegué a ya no saber como desenvolverme cada vez que quisiera cantar alguna de esas canciones (y la forma en la que comenzaría a hacerlo), esa fue una de las cosas que averigüé en 2006".
Basados en el show realizado hace unas horas, el lo ha averiguado. Rose está orgulloso del gran concierto de rock que él y su banda han creado. Durante las tres horas, Rose (con unas cuantas libras mas que aquel joven rockstar ágil de la época del Appetite), se movió con rapidez y habilidad, corriendo por el escenario de izquierda a derecha, y gritando de placer durante "Shackler's Revenge" y "Sweet Child O' Mine", o sentado en el piano durante "November Rain". También ofreció versiones de canciones clásicas de AC/DC, Paul McCartney y Bob Dylan, y un solo de piano de la canción de Elton John "Goodbye Yellow Brick Road". Y en algunos puntos, alternaba el escenario con sus compañeros de banda para que realizaran sus respectivos "solos". Si su voz tuviese menos gracia y más peso a sus 49 años, tal y como cuando se deslizaba durante la introducción de la canción "Civil War" hace dos décadas, lo compensa con una gran determinación.
El entusiasmo que él siente por esta banda es evidente en su rostro, que se ilumina cada vez que se habla de trabajar con el antiguo bajista de The Replacements, Tommy Stinson, los guitarristas Richard Fortus, DJ Ashba y Ron "Bumblefoot" Thal, y el resto que conforman el Guns N' Roses de 2011.
Su conducta sufre un contraste notable cuando el nombre de Slash aparece. A pesar de las peticiones por parte de la publicista de Rose para que no se le preguntara sobre el antiguo miembro, el mismo Rose menciona a su ex-compañero durante unos cuantos minutos, luego el tema se cierra por completo.
Slash fue uno de los últimos en ingresar a Guns N' Roses, a Rose le gusta recordar personas, y aparte de algunos riffs importantes, dice Rose, el guitarrista estuvo menos involucrado que Rose y Stradlin en las canciones.
"Realmente era una pelea entre Slash y yo", dice Rose respecto a las fuerzas que se trajeron abajo a la banda. "con Izzy era igual, pero la pelea entre Slash y yo dió inicio desde el día que lo conocí. Entró, me hizo a un lado y quiso que estuviese en su banda. Y yo no quería unirme a su banda. Hemos tenido esa guerra desde el día 1".
Y cuando le hicimos la pregunta inevitable (¿Quién estará sobre el escenario en representación de Guns N' Roses en la ceremonia de inducción al Salón de la Fama del Rock N' Roll?), Rose es prudente. Este tipo de honores, son especiales pero a la vez complicados para él. "Tengo sentimientos encontrados sobre lo que el Salón de la Fama del Rock N' Roll significa realmente, pero al mismo tiempo, hay un montón de gente (los fans) para los que significa algo, y ellos están felices. Es como si tu ganaras el premio Heisman o algo por el estilo".
La última cosa que Rose quiere hacer, subraya, es arruirnarlo. Se refiere a Marlon Brando, cuando envió a un activista indio-americano para que aceptara su Óscar, y luego hiciese un discurso de protesta "y que todos estuvieran... anonadados, o cuando Michael Moore se levantó durante los Academy Awards y dijo lo primero que viniera a su cabeza sobre George Bush. La gente no quiere que relacionen ese tipo de actuaciones con los premios que ellos reciban, aún si tienen una gran audiencia. De alguna forma podría tener razón, pero casi siempre los ataques se dirigen contra el que lo hizo. Así que no quiero echarlo a perder para todos los demás.
Luego rápidamente se refirió a la ceremonia de inducción: "Aún no hay un plan. Realmente no hay un plan. Aún estaremos ocupados con la formación actual. Vamos a estar ocupados todo el próximo año. Lanzaremos material nuevo tan pronto y como arreglemos nuestros tratos con las discográficas, blah blah blah".
Y en cuanto a si se siente culpable respecto al estado de "limbo" en el que se encuentra, Rose dice: "Podrás decir que es mi culpa, pero para mí es como si tu estuvieses en un avión y alguien te empuje, y el mariscal aéreo te arreste por caerte... ¿Es mi culpa por permitirle a alguien empujarme?".
Fuente:
latimes.com
Información y traducción realizada por walxrose07
21-12-2011
